Hace
unas semanas, estuvimos en el Pallars con unos amigos y, en uno de los
paseos por las montañas, un niño vio un insecto y le
preguntó a su padre como se llamaba, “es un corta-pichas”.
Alguien le dijo que no, que era una tijereta.
Corta-pichas
tiene un sentido ligeramente ofensivo, ya que en España picha es una
de las miles de formas que se tiene de nombrar al pene, un poco
infantil, pero la palabra "picha", en español, no tienen otro sentido.
A
mi ni uno ni otro me convence, aunque, de niño, siempre le llamé
corta-pichas.
El
corta-pichas o la tijereta se llama dermaptera,
aunque se les conoce como cortapicos y, este término, lo reconoce la
RAE. Los nombres populares, obviamente, provienen de la forma de
pinzas que tienen estos insectos en la parte inferior de su cuerpo.
Como
curiosidad, en inglés se les llama earwing, que significa “insecto
de oído” porque se creía que este animal se introducía en el
oído de las personas.
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