Esta noche de reyes es también noche de
luna llena.
¿Os habéis dado cuenta de lo grande que
es la luna llena en el horizonte y lo normal que se vuelve cuando se sitúa
sobre nosotros?
Alguno pensará que es porque está más
cerca, pero no, esta a la misma distancia. Es una ilusión óptica.
Su explicación todavía admite varias hipótesis,
pues es el cerebro el que nos transmite esa sensación de mayor tamaño. La más
aceptada es que cuando percibimos salgo, lo hacemos a la vez que su contorno. Así
la luna en el horizonte, con las
montañas, arboles, o los edificios, se nos aparece como más grande de lo que
realmente es. Si le sacas una fotografía o la enfocas con la cámara del móvil,
la veras con su tamaño real.
La teoría más aceptada es que esta ilusión
es la ilusión de Ebbinghaus.
La ilusión de Ebbinghaus muestra un círculo
central más grande si se rodea de círculos pequeños y viceversa, como la luna
en el horizonte se nos presenta rodeada de pequeños elementos como edificios,
arboles o colinas el cerebro la ve más grande.
Otra teoría diferente es la de cómo nuestro
cerebro calcula la distancia de los objetos, en el caso de la luna se combina
la visión binocular y nuestra concepción del cielo como una bóveda en la que
todos los astros están a la misma distancia. Cuando la luna esta en el
horizonte los dos sistemas han de ser combinados por nuestro cerebro que se
colapsa y representa al cielo y la luna más cerca de lo que están. Esta teoría está
siendo desarrollada por José Antonides y Toshiro Kubota y es interesante en
cuanto a cómo nos engaña nuestro propio cerebro.
Sea como sea, el cerebro nos engaña.
Esta noche, a mirar la luna en el
horizonte.
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