12 Meses, 12 Mentes
NOVIEMBRE – SARTRE
Heidegger es el pensador más importante
del siglo XX, pero, posiblemente, Sartre es el más grande, convirtió la
filosofía en un arma de compromiso con las luchas sociales y políticas. Y es que
Jean-Paul Sartre definió que el ser humano está condenado a ser libre, arrojado
a la acción y responsable plenamente de su vida, sin excusas. Su filosofía es
un grito a la responsabilidad individual y al compromiso histórico.
Sartre, filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político y crítico literario, nació en Paris en 1905. Se graduó en 1929 con un Doctorado de Filosofía y fue profesor de secundaria en la Havre. En 1939 sirvió al ejecito francés como meteorólogo y fue arrestado por tropas alemanas en 1940, donde paso 9 meses como prisionero de guerra. Al final de la II Guerra Mundial, el existencialismo estaba en auge y Sartre era un personaje popular, a pesar de esta popularidad se alejó del existencialismo para abrazar el marxismo y una defensa de la URSS que finalizó con los soviéticos intervinieron Checoslovaquia en 1968. Para entonces continuó su militancia de izquierdas en defensa de los argelinos en la guerra entre Francia y Argelia. En los acontecimientos de mayo del 68, cuando los estudiantes parisinos tomaron las calles, Sastre les apoyó, hasta tal punto que fue acusado por la prensa de derechas de ser el precursor de la revuelta; tras estos acontecimientos criticó duramente al gobierno de De Gaulle por la represión que utilizó y al partido Comunista por traicionar la revolución. En 1964 se le adjudicó el Premio Nobel de Literatura que reusó porque consideraba que el arte debía desarrollarse independientemente, al margen de las instituciones.
Sartre, filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político y crítico literario, nació en Paris en 1905. Se graduó en 1929 con un Doctorado de Filosofía y fue profesor de secundaria en la Havre. En 1939 sirvió al ejecito francés como meteorólogo y fue arrestado por tropas alemanas en 1940, donde paso 9 meses como prisionero de guerra. Al final de la II Guerra Mundial, el existencialismo estaba en auge y Sartre era un personaje popular, a pesar de esta popularidad se alejó del existencialismo para abrazar el marxismo y una defensa de la URSS que finalizó con los soviéticos intervinieron Checoslovaquia en 1968. Para entonces continuó su militancia de izquierdas en defensa de los argelinos en la guerra entre Francia y Argelia. En los acontecimientos de mayo del 68, cuando los estudiantes parisinos tomaron las calles, Sastre les apoyó, hasta tal punto que fue acusado por la prensa de derechas de ser el precursor de la revuelta; tras estos acontecimientos criticó duramente al gobierno de De Gaulle por la represión que utilizó y al partido Comunista por traicionar la revolución. En 1964 se le adjudicó el Premio Nobel de Literatura que reusó porque consideraba que el arte debía desarrollarse independientemente, al margen de las instituciones.
Sartre desarrolló una filosofía existencialista.
El existencialismo tiene sus antecedentes en el siglo XIX en el pensamiento de
Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche. También, aunque menos directamente, en
el pesimismo de Arthur Schopenhauer, así como en las novelas de Fiódor
Dostoyevski; a mediados del siglo XX es cuando términos como la libertad, la
nada o lo absurdo se popularizan. Sartre afirma que la existencia precede a la
esencia, esta es la clave de la filosofía existencialista, hasta el siglo XIX
siempre se había buscado la naturaleza humana, una esencia universal del ser
humano que haya existido y que vaya a existir. Cuando Nietzsche afirmó “dios a
muerto”, también se dio por sentado que con ello toda esencia humana previa a
nuestra existencia.
La de Sartre es una filosofía de la
libertad, pues nos libera de las cadenas de la naturaleza humana preconcebida,
somos libres. Esta sensación de falta de fundamento vital nos puede llevar a
una angustia, pero Sartre nos invita a liberarnos de nuestras formas habituales
de pensar y nos incita a afrontar las consecuencias de vivir en un mundo donde
no hay nada prefigurado; no podemos ignorar el elegir como actuar.
Mientras el existencialismo subraya lo personal,
el marxismo lo haría en pro de lo social, por ello tras la II Guerra Mundial,
Sartre se acerca a las teorías de Marx ya que pensaba que era la única doctrina
que ofrecía una explicación correcta de la historia y el partido comunista el
único vehículo para la unidad y la expresión de la clase obrera francesa. En su
opinión, la evolución del pensamiento marxista se había detenido sus fuentes
positivistas del siglo XIX pretendiendo encontrar leyes inexorables en la
historia, negando la libertad del hombre y tratando las clases sociales como
cosas independientes en lugar de reconocer que eran productos de individuos con
intereses comunes. Sartre creyó que la rigidez del marxismo podría liberarse
con el existencialismo, suplementándolo porque en la forma que se extendía en
la URSS era incapaz de explicar de qué manera un individuo o clase escogían su
destino especifico. Al marxismo le faltaba una filosofía social hasta que fuera
capaz de admitir el peso de la historia en el individuo como la libre practica
de los individuos en el mundo material y social.
La camiseta, en esta ocasión es de
allposters.es con una de las frases más conocidas de Sartre “El infierno son
los demás”, de su obra de teatro A puerta cerrada a 19,95€.
“El hombre nace libre, responsable y sin
excusas”
Jean-Paul Sartre
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