El fuera de juego es una de las reglas más
complicadas de explicar a alguien que no tiene ni idea de fútbol. Si pensamos
en cómo se origino, supongo que todos pensamos que es fruto del fútbol moderno
y que apareció para evitar acciones en las que, en los principios del
reglamento, los delanteros aprovechaban los agujeros del reglamento.
Pues no.
El fuera de juego nace con el fútbol y a
pesar de que se ha modificado, podemos considerar que es una regla que se ha
suavizado con el tiempo.
Se conocen 3 reglas del fuera de juego,
la antigua, la clásica y la actual.
La antigua aparece con el propio origen
del fútbol, se consideraba que un jugador estaba en posición antirreglamentaria
si estaba por delante del balón; no debemos olvidar que el fútbol bebió de la
influencia del rugby. Esta regla fue recogida en el primer reglamento de fútbol en 1863 y provocaba sistemas de juego de muchos delanteros, ya que la única manera
de hacer avanzar la pelota era con el regate y el avance en masa.
La regla clásica del fuera de juego se aprobó
solo 3 años después del reglamento de la Football Asociation. En ella se pasó a
considerar en fuera de juego al jugador que estuviese con menos de 3 jugadores
por delante, y propició la posibilidad de desarrollar un juego de combinación en
la que la formación que se popularizó fue la de 2-3-5, dos defensas, tres
centrocampistas y cinco delanteros. El fuera de juego lo marcaba el defensa más
adelantado del equipo defensor.
El Newcastle de principios del siglo XX
entendió la regla y la aplicó a su favor, si los defensas intentaban que los
delanteros cayesen en fuera de juego, se podían evitar muchas ocasiones de gol
en contra; si la táctica salía mal, siempre habría un defensa para intentar
cortar la jugada. El Newcastle ganó 3 ligas entre el 1905 y 1909. Los equipos
de la Premier League inglesa copiaron el sistema y la media de goles descendió a
mínimos históricos, todos los equipos fomentaban el fuera de juego, el partido
se interrumpía constantemente y el publico dejó de asistir a los estadios.
En 1925, la FA decide cambiar la regla
del fuera de juego a la conocida como regla actual. Esta era que el número de jugadores
que marcaban el fuera de juego pasaban de 3 a 2. Este simple cambio provocó un
giro radical de las estrategias. Errar en la ejecución del fuera de juego
provocaba un uno contra uno, por lo que las tácticas cambiaron: más defensas,
más presión en todo el campo y que el juego se fuera concentrando en la zona
media del terreno.
En 1990 tras la Copa del Mundo de Italia,
en la que se marcaron el menor número de goles, la FIFA decide variar
ligeramente la norma. Así los atacantes en línea no estaban en fuera de juego y
en el campo propio no existiría el fuera de juego. A principios del siglo XXI,
se intentó regular la intencionalidad del jugador en fuera de juego; si este no
interfería en la jugada, su posición no invalidaba la jugada.
El pasado año 2017, Marco Van Basten, ex
jugador holandés y actual director para el desarrollo técnico de la FIFA,
elaboro una serie de ideas para modernizar el fútbol, una de ellas era la abolición
del fuera de juego. Sería la primera vez que sucedería a nivel profesional.
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