martes, 15 de mayo de 2018

INGLATERRA 1966 (CAP. VIII)

La FIFA ya había estipulado la alternancia de las sedes mundialistas entre Europa y América y, hasta 2002, en que el torneo fue a Asia, no varió esta norma. En 1960 los candidatos a albergar el campeonato eran España, que se retiró a última hora, Alemania e Inglaterra. El congreso de la FIFA decidió por 34 a 27 que el máximo campeonato de fútbol volvería al país de su creación.
Inglaterra sabía que no podía defraudar en su mundial y el país se engalanó para celebrar el acontecimiento, junto con el centenario de la federación inglesa de fútbol. Se inauguró una nueva costumbre, la de presentar una mascota que sería copiado en las siguientes ediciones. Willy World Cup era un león, símbolo tradicional de Inglaterra, con una camiseta con los colores del reino Unido.
La Copa Jules Rimet llegó a Inglaterra para ser expuesta antes del torneo. El trofeo desapareció el 20 de marzo de ese mismo año. 7 días después el perro Pickles la encontró en un paseo con su amo, estaba en un seto envuelta en papeles de periódico. Nunca se supo quien la robó.
Con todo, el 11 de junio de 1966 arrancó la octava edición de la Copa Mundial de Fútbol. Como en la edición anterior, las grandes selecciones participaron excepto Checoslovaquia que vivió un fin de ciclo. De todas, la Brasil de Pelé era la clara favorita, pero por azar o una mano negra, cayó en el “grupo de la muerte” con Bulgaria, Hungría y Alemania y si pasaba debería enfrentarse a Italia o la URSS.

Además, los árbitros, en su mayoría ingleses, fueron muy permisos con el juego duro contra Brasil. En el primer partido los cariocas se impusieron 2 a 0 ante Bulgaria, pero Pelé sufrió todo tipo de faltas.  El seleccionador reservó a “O Rei” en el partido contra Hungría y perdió 3 a 1, en el único partido que perdió Garrincha con la “verdeamarela” de los 60 que disputo. En el ultimo partido, Brasil estaba obligada a ganar a la Portugal de Eusebio, pero perdió 3 a 1. Pelé, en un ejemplo de pundonor, jugó todo el partido medio cojeando y sufriendo patadas que no eran señaladas como falta. Brasil quedaba apeado a las primeras de cambio de la lucha por el campeonato.
Inglaterra se plantó en su final tras eliminar a Argentina y Portugal. Por el otro lado del cuadro los alemanes eliminaron a Uruguay y a la URSS. El 30 de junio en el estadio de Wembley ingleses y germánicos se enfrentaron en una final en el país donde nació el fútbol. No fue el mejor partido de la historia, pero si un partido histórico. El partido finalizó con resultado de 2 a 2 y en la prórroga, Inglaterra se adelantó con un gol fantasma de Geoff Hurst y otro al final del partido que dejó el marcador en un 4 a 2.
Inglaterra ganó su mundial, pero nada más. El combinado de la rosa nunca ha ganado ninguna otra competición mundial o continental en categoría absoluta, ni siquiera ha sido subcampeona.
El torneo regresaría a América en la siguiente edición, a México, en uno de los mejores mundiales de la historia por juego limpio, entidad de los participantes y vistosidad.

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