El 16 de junio de 1954
arrancó la quinta edición del Campeonato Mundial de Fútbol. La designación de
Suiza se produjo 8 años antes y, a pesar del buen estado de su economía y en
ser un país neutral en la II Guerra Mundial, necesitaba tiempo para construir
las infraestructuras necesarias para albergar un torneo de estas
características.
El torneo se
disputaría con 16 selecciones, como ya era habitual la campeona y la anfitriona
estaban clasificadas automáticamente. Las otras 14 plazas serian así
repartidas: 11 para Europa, 1 para Sudamérica, 1 para Norteamérica y 1 para
Asia. Argentina y la URSS decidieron no participar, España no se clasificó y
Alemania tuvo permiso para participar tras la II Guerra Mundial.
De cada grupo, pasaban
de ronda primero y segundo. Francia e Italia cayeron en primera fase, Brasil e Inglaterra
en cuartos y Uruguay en semifinales. La final la disputó Hungría, que había
eliminado a Brasil y Uruguay, contra Alemania Occidental.
La final de aquel
mundial es conocida como El Milagro de Berna. Se disputó el 4 de julio y sobre
le papel era una final muy desigual. Hungría era favorito para ganar el título,
llevaba 33 partidos sin perder, ganó el torneo olímpico de 1952 y en la primera
fase ganó 8 a 3 al combinado alemán. Hungría era conocida como los Fabulosos
Magiares y Alemania era un país que se empezaba a reconstruir futbolísticamente
tras la readmisión en la FIFA. Su selección estaba formada por jugadores
aficionados, ya que la Bundesliga no era profesional.
Alemania remontó los 2
goles iniciales de Hungría y se hizo con su primer campeonato mundial. Las
botas que proporcionó Adolf Dasler (Adidas) a la selección alemana, de tacos
intercambiables, permitió adaptarse mejor a un terreno de juego mojado por la
intensa lluvia.
Alemania volvía a
escuchar su himno en una competición importante internacional, aunque ganó
alguna medalla de oro en los JJOO de invierno de Oslo’52, y supuso el
pistoletazo de salida para el gran milagro alemán que llevó a un país destruido
a ser la primera potencia económica de Europa.
El siguiente
campeonato nos alumbrará el nacimiento de una de las estrellas más importantes
del fútbol, Pelé y fue en Suecia 1958…
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